¿Qué hago con los celos?
Esta nota es para cualquier ser humano que tenga la capacidad de sentir, va más allá de si eliges relacionarte desde el amor romántico, la monogamia, el amor libre o desde el poliamor. Claro que esta Ăşltima conformaciĂłn, como muchas otras no-monĂłgamas tienen algunos riesgos extra, y por eso es el motivo de la mayorĂa de las consultas que recibo. Hay un imaginario social de que si eliges amar sin poseer, está mal sentir celos. Si quieres ser libre y tener mĂşltiples parejas/vĂnculos, “tenĂ©s que” manejar los celos.
¡no, no, no!
Somos seres humanos y sentimos.
ÂżCĂłmo funcionan los celos?
Los celos son una emoción que es gatillada por algún hecho concreto, nadie está al resguardo de que le sucedan.
No son el enemigo, sino más bien una alarma que de vez en cuando se activa (incluso cuando no hay peligro alguno).
Además, al sentir celos, estás teniendo una experiencia emocional compleja donde se mezclan muchas cosas. Inseguridad, miedo al abandono, baja autoestima, creer que sos reemplazable, etc.⠀
Hay dos maneras opuestas de interpretar, reconocer que tenés un problema de celos, como algo propio o creer que sentir celos es un problema donde la culpa es de la otra persona y es ella la que tiene que hacer algo. Esto último es común en las relaciones hegemónicas, “mononormadas” les decimos. Cuando siguen la norma de que la única manera de relacionarse es la monogamia. Es la manera patriarcal, lo que nos enseñan las “pelis”. “Quien te cela te ama”, revisar el celular, criticar con quien se junta, desconfiar de lo que te dice, etc.
Pues no, vamos por la construcción de la primera forma que mencioné.
Una vez que reconoces que tenĂ©s un tema de celos, necesitás empezar a aprender cĂłmo funciona el mecanismo, es decir, quĂ© pasa en todo tu cuerpo cada vez que te ponĂ©s asĂ.
El desafĂo está en gestionarlos, nada de naturalizar que son algo “beneficioso” en las relaciones ni manejarlos al punto tal de negar su existencia.
Y por ahĂ quiero continuar, contandote que se puede, no es imposible.
Tener una actitud positiva frente a lo que sentimos, aceptando que está ahĂ. Podemos seguir recordando, tal vez en nuestra infancia o adolescencia, como resolvimos situaciones similares. El pasado puede ser un gran maestro.
El primer recuerdo de sentir celos que tengo, es a los 11 años. Aunque podĂ©s no creerlo, en mi infancia fui bastante antisocial, tenĂa 1 amiga, que vivĂa a 4 cuadras de mi casa (era fácil compartir mucho tiempo). Ese año ella empezĂł a ser muy amiga de otra compañera de la escuela.
A mi se me partĂa el corazĂłn, todo el miedo de perder a la Ăşnica AMIGA me arrasaba por dentro. Tiempo despuĂ©s comenzamos a compartir las tres, me amiguĂ© con “la tercera en discordia” y lo más loco que hasta el dĂa de hoy, me hablo y veo eventualmente con esta Ăşltima y no con la primera. El resto de mi vida, siempre me doliĂł más ver amistades pasarla mejor con gente nueva que conmigo, que ver a vĂnculos sexo-afectivos con otras personas (otres compas suyos).
Cuando logramos comenzar este proceso de introspecciĂłn, puede que nos surja la necesidad de compartir lo que nos pasa con otras personas. â €
¡OJO CON QUIÉN! ⠀
Al ser una emociĂłn social, es probable que te afecte la opiniĂłn de otras personas. Es beneficioso encontrar con quien compartir, alguien que ponga en práctica una escucha empática, osea que escuche con atenciĂłn plena el contenido emocional de lo que le decĂs. Y si lo hablas con la persona por la que sentĂs celos, puede que tambiĂ©n sea perjudicial en primera instancia. Mejor hacerlo luego de poder procesar que es lo que te da inseguridad o miedo. AsĂ evitarás cargar a esa persona, una especie de “responsabilidad falsa” sobre lo que te pasa.
Suelo tener capacidad de sentir compersión (estado empático de felicidad), en las situaciones en las que las personas pueden sentir celos, ver besarse con otra persona a alguien que amo, que me cuente lo lindo que la pasó de viaje con ella, etc.
Lo que descubrĂ en más de una conversaciĂłn con personas que comparto mi vida hace muchos años, es que me hablan de otra personas diciendo “mi compa”, lo que a mi me da la sensaciĂłn de invalidar que yo tambiĂ©n soy “su compa”. Eso solo estuvo en mi mente, no es la culpa de esas personas. Lo que hice fue observar que sentĂa y que pensaba al respecto. Me di cuenta que podĂa pedirles que si hablaba de otra “compa” diga su nombre, ese pedido ya fuĂ© suficiente para sentir tranquilidad.
En sĂntesis, los pasos básicos para comenzar a gestionarlos son:
- Date tiempo. Dejarte llevar por el impulso puede hacerte tomar acciones perjudiciales para vos y otras personas.
- Tomá aire y pensá. ¿Qué sucedió para que me sienta de esta manera? ¿Para qué me sirven los celos?
- ¿Qué te da seguridad? Si buscás la seguridad emocional, podrás salir de la situación. ¿Qué necesitas?
- Cuando tengas claridad, revisa si hay algo que puedas pedir u ofrecer para cubrir tu necesidad.
Se consideran patolĂłgicos, sĂntomas de un trastorno psiquiátrico, cuando los celos dominan al sujeto e interfieren notoriamente en su vida, relaciones y en el resto de sus ocupaciones.
En definitiva, no son malos ni buenos, ¡son!
Vos podes elegir que hacer cuando los veas venir, reaccionar, culpar a otras personas o aceptar que es lo que estás sintiendo, ocuparte y/o pedir ayuda.
ÂżQuerĂ©s que te ayude con los celos? contactate aquĂ.
Deb Barreiro
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